jueves, 28 de agosto de 2008

Macuro, un rincón del paraíso


Mayo 2006


Participantes: Edilia de Borges, Rosana Langerano y Thamara Gutiérrez

¡He llegado al Paraíso…Tierra de Gracia!..frases exclamadas por Cristóbal Colón, célebre navegante probablemente nacido en Génova, quién descubrió a América y en el 3er. Viaje que realizó, 2 de agosto 1498, navegando por el lado sur de nuestro Golfo de Paria (al Oriente de nuestro país) sus ojos divisaron un idílico panorama: Una ensenada cobijando una región paradisíaca. Aguas mansas del mar centelleaban en varios tonos de azul y verde, contrastando con la limpidez del cielo huérfano de nubes y el muro vegetal intenso que le protege…Era Macuro y todavía 508 años después todavía es…Macuro, punto de encuentro de tantas maravillas…
Esa misma visión tuvimos mis amigas y yo cuando nuestra lancha un radiante día domingo se acerca a sus playas..Esa misma visión apreciamos..Un pequeño poblado se ha asentado allí. Al norte el insondable mar y al sur el bosque húmedo tropical. Gente sencilla, pescadores en su mayoría...



Llegamos al embarcadero y al caminar hacia el poblado, obligatoriamente tenemos que pasar por una pequeña plaza donde la estatua del gran navegante, se yergue ante nosotras con un dedo amenazante hacia el horizonte. A su lado un tetraedro erigido en el 500 aniversario del descubrimiento, nos cuenta su historia.
Ruinas de una antiquísima aduana, resguardo de botes, nos contemplan por los obscuros ojos de las ventanas de oxidadas y desmadejadas bisagras. Más allá un cobertizo amplio de zinc, sirve de depósito para el generador que mediante gasoil, aún en pleno siglo XI provee electricidad a los habitantes…Cuando se termina el combustible, también se apagan las luces..Al menos hasta que lo traigan de Guiria, pueblo a 2 horas de navegación. No hay carretera.
Bordeando un pequeño sector de la playa, un bulevar de cemento poco a poco se desmorona con el oleaje, nadie se inquieta por ello ni parece importarle…

Blancas sus paredes, con jardín engalanado por Flamboyán, una pequeña iglesia llama a los peregrinos. La escuela amplia de salones aireados y patios sombreados donde alegre resuenan las voces de los muchos niños….
Tiempo atrás alguien se preocupó de reunir cosas interesantes, objetos, recuerdos, documentos. Los recopiló e instaló un museo, para que los habitantes conocieran de sus ancestros..Pero el vandalismo lo saqueó, acabó con todo…La casa de bahareque se deshace, mustia y silencios...

Casitas sencillas y pintorescas se sostienen entre sí en calles (muy pocas) encementadas. Nos sobresaltan en las tardes la humareda de fogatas en las mismas, pero es solamente la basura que los lugareños sacan hacia la cuneta y allí la queman…

Paseando por la orilla del mar, nos encontramos con unas instalaciones metálicas en ruinas, rindiéndose ante el tiempo y el salitre que carcome sus bases..Proyecto comercial se dice, de un mejicano con visión de futuro mercantilista. Instaló acá una procesadora de yeso, aprovechando el rico yacimiento que en la montaña cercana al mar existía…Escuela, viviendas, hospitalito, parques, capilla…, todo un conjunto de servicios para el personal que allí trabajaría…Pero no “cristalizó”…Del porque hay muchas razones..Pero lo cierto es que el inversionista dejó todo abandonado y se marchó del país. Lástima, hubiese sido una empresa generadora de empleo..Sus estructuras hoy son refugio de animales y desamparados. Caminamos por el pedregoso lecho del río, seco por el fuerte verano..Sin embargo su belleza no se empaña por ello, a su vera se alzan magníficos ejemplares de Cedros, y una variedad florística; Usando la imaginación oímos y vemos correr sus aguas. Y justamente curiosas por saber de donde le llega a los moradores el agua potable, indagamos y al fin conseguimos un guía, mañana disiparemos esta inquietud.

Nos levantamos temprano, pero aquí la gente no conoce la prisa. Un buen rato esperamos en el único restauran existente en una modesta casita. Desde el salón donde están las 4 mesas puedo ver la cocina. Una matrona “entradita en carnes”, morena afable y de merecida reputación culinaria (su especialidad es “la bola de plátano”), tranquila, calma, nos prepara unas empanadas de pescado que se acompañan con café ”medio cerrero”, sin leche.. Listas…con el guía adelante vamos hacia el final del pueblo donde sólo hay una última casita..Las personas nos observan, hablan entre ellos, nos sonríen y contestan nuestro saludo. Thamara, cual hada, reparte “chupetas” a los niños…Dejamos “la civilización” y entramos en el bosque. Por una avenida natural de tierra apisonada, las frondosas copas de los altos Samanes florecidos la sombrean. Algunos “lloran”con lágrimas de barbas epifitas, la avenida se transforma en sendero en zigzag que asciende suavemente, nos desviamos un poco de él para llegar a “la Toma”..Ya conocimos el secreto..El río que baja de la montaña se represa en un estanque construido por el hombre, de él sale una gruesa tubería y pasa a otro embalse cerrado para “ser tratada” y posteriormente llega al pueblo saciando la sed de sus habitantes.


Regresamos al camino original y continuamos la subida. Pero no estábamos preparadas para el espectáculo maravilloso con que nos encontramos: “Vuelta Larga”, es el nombre de esta montaña. Parecía que se hubiesen preparado escenarios para nosotras. Un sector todo de color ocre, las hojas coloridas desnudan los árboles y cubren el suelo, crujiendo bajo nuestras pisadas. Luego amplias zonas de manchas rosadas..Compiten en altura Bucares, Cedros, Jabillos, Pardillos, Carapo. Cucharones. Variedad exuberante de hermosos árboles. De un tronco caído se desliza una serpiente..Trinos de invisibles pájaros…Desde la altura donde estamos vemos el pueblo completo y hasta la vecina isla de Trinidad.
Pasado un rato descendemos, el guía nos enseña un lugar donde bañarnos en el río. Sabemos como regresar solas. Él se despide y nos deja…Nosotras disfrutamos del agua fría en una reconfortante baño, los pececitos juegan sobre nuestras extremidades. Paz y armonía con la naturaleza…


Queriendo conocer otros sitios, allí toda la geografía es bella, utilizamos la lancha y en diferentes oportunidades conocimos varias playas: San Fco. de Uquire, Mejillones, Pargo, Don Pedro, La Palma..
Cada una de ellas tiene un peculiar y distintivo encanto y hermosura. Un cementerio infantil, escondido en el monte, llama mi atención por la policromía de sus tumbas…Agua de coco amarillo de sabor dulce y ambarino aspecto..Delicioso dulce de coco y piña…Inutilmente buscamos las plantas de “Clavo” y la de “ Nuez Mozcada”…
Noches en Macuro: Sosiego...Rumor de oleaje que acompaña nuestro sueño. Amables, serviciales y amistosas, las personas entretejen su grata conversación con la nuestra. Ansias de agradar derrochando hospitalidad y gracejo. Rosana desde su “chinchorro” otea el brillante cielo y nos señala constelaciones y estrellas…



Hermosos placenteros días los que disfrutamos en Macuro. Un pueblo lejano de Venezuela, pero muy cercano a nuestros corazones y de agradables recuerdos de vivencias en él, te espera.

Nos vemos en la próxima

Edilia C. de Borges

Fotografías: Rosana Langerano

5 comentarios:

Anónimo dijo...

en verdad q chevere es eso por aya yo fuy una ves como en el 2006 o 2007 y me encanto hasta aora no e ido mas pero me encantaria ir de nuevo pero esta ves para siempre

alberto montrone dijo...

Q HERMOSO MI PUEBLO

Anónimo dijo...

ESPECTACULAR!!!, LO QUE REALMENTE DA VALOR A ESTE HERMOSO PUEBLO ES SU GENTE CÁLIDA Y AMIGABLE CON QUIENES TE SIENTAS A COMER CALDO E COCO CON BOLA. DIOS BENDIGA A SU GENTE QUE SIGUE RESISTIENDO EL ABANDONO Y DECIDIA DE LOS GOBIERNOS. MI CORAZON PASEA EN ESTE PARAISO.. MACURO=TIERRA DE GRACIA.!!

Unknown dijo...

Sin querer llegué a este Blog. Me gustó lo que escribieron, asi es Macuro, mi pueblo... Saludos

Anónimo dijo...

Qué bueno este blog que recién descubro en 2023. Me ha hecho viajar a esos lugares maravillosos de nuestra querida Venezuela, es emocionante, los relatos son espectaculares. En algunos ya he estado, como en Macuro, a dónde llegué muy jovencito en 1989 por tres días y estuve 1 mes. Ayudé a restaurar el museo con Eduardo Rote, y su gente tan cálida la llevo en mi corazón desde entonces. Mágico pueblo y su gente.